El Observatorio del Turismo Rural ha presentado un informe sobre el problema de la estacionalidad en el sector, así como su impacto, su evolución y su influencia en las diferentes autonomías. Según los datos presentados, las comunidades donde más se sufre esta problemática reúnen 4.150 casas rurales.
Según la encuesta realizada a más de 2.000 propietarios de alojamientos rurales de todo el país, esta cuestión preocupa al 52,7% de los mismos.
En enero, abril, mayo, agosto, septiembre y diciembre se registran peores cifras en cuanto a solicitud de reservas, mientras que en marzo, julio y noviembre, que coinciden con las fechas previas a Semana Santa, verano y Fin de Año, se experimenta un incremento notable.
Las autonomías del norte acusan una fuerte demanda en la época estiva
El informe detecta una tendencia general ascendente que apunta a una mejora progresiva de la ocupación a nivel nacional, donde los crecimientos más significativos se han producido en 2014 y, sobre todo, en 2015.
Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco entre las más afectadas
Las autonomías del norte: Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco acusan una fuerte demanda en la época estival, mientras que el resto del año la tendencia es a la baja. De los datos se puede extraer que el factor climático y la procedencia de los viajeros rurales explican esta situación.
Así ocurre en Asturias, donde el principal cliente es madrileño (91,5%). En consecuencia, la distancia entre el viajero y el destino “fuerza” estancias más prolongadas, que lógicamente quedan asociadas a periodos vacacionales más largos, como son los meses de verano.
Galicia sufre una situación complicada en los meses invernales y su época estrella se limita exclusivamente al verano, puesto que su principal clientela procede de Madrid y Cataluña. Sorprende el caso de Cantabria ya que, siendo sus “vecinos” vascos los principales huéspedes (83,9%), tan solo consigue buenos resultados en la época estival y no mantiene la demanda el resto del año, a pesar de las enormes posibilidades de conseguir escapadas de fin de semana.
La Rioja, Extremadura y Comunidad Valenciana también se encuentran entre las que más sufren el problema de la estacionalidad, logrando escasos resultados en los meses de verano, pero mostrando ciertas particularidades el resto del año.
En el caso de La Rioja existe en un crecimiento más marcado que en el resto de España en cuanto a las solicitudes de reservas a partir de septiembre. Según indica Ana Alonso, Dircom de Escapadarural.com, “ello seguramente se debe al atractivo propio de la época de vendimia en una tierra tan vinculada a la eno-gastronomía”.
Por su parte, Extremadura cuenta con un pico de demanda en marzo que el estudio relaciona con la floración del Valle del Jerte, un acontecimiento de reconocida fama que tiene lugar entre finales de marzo y principios de abril.
Los propietarios valencianos experimentan una concentración de sus solicitudes de reserva en el mes de noviembre, mientras que el resto del año se enfrentan a una escasa demanda. Esta situación se considera consecuencia directa de su necesidad de competir dentro del propio territorio con otras alternativas turísticas asociadas al turismo de sol y playa.
Las autonomías menos afectadas por la estacionalidad
En el otro lado de la balanza, existen comunidades que se caracterizan por la homogeneidad de los resultados a lo largo del año. Sin embargo, esto no significa que el balance de su turismo rural sea positivo, sino que, para bien o para mal, mantienen una tendencia sin cambios considerables a lo largo de los meses.
Extremadura cuenta con un pico de demanda en marzo que el estudio relaciona con la floración del Jerte
Navarra, uno de los destinos estrella y referente histórico en turismo rural, sí mantiene buenos datos en cualquier época de año, repuntando en los meses de marzo y octubre. Asimismo, Andalucía, gracias a su buen clima, dimensión y variedad de atractivos es una opción que los viajeros rurales tienen en cuenta durante todo el año.
Cataluña también se posiciona entre las comunidades autónomas con menor estacionalidad y además con excelentes resultados de enero a diciembre.
Aunque en este caso noviembre también aparece como temporada estrella en solicitud de reservas, se trata de una región que mantiene un interés continuado y donde el clima suave y la cercanía de la costa juegan a su favor.
Cabe destacar el salto por encima de las 10.000 solicitudes de reserva en lo que llevamos de 2015.
Por último, Castilla y León, que tradicionalmente se impone como la autonomía líder en oferta y demanda en turismo rural, también mantiene unos resultados similares a lo largo del año.
Lo mismo ocurre con su vecina Castilla-La Mancha, que siendo menos popular como destino, sí que obtiene unas cifras de solicitudes de reserva similares cada mes.