El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas recibió el pasado año un total de 25 millones de viajeros, registrando la mayor subida en el tráfico de pasajeros de Europa del 12%, según datos publicados por la rama europea del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), que revelan que Barcelona ocupó también el cuarto puesto entre los más grandes.
El tráfico de pasajeros en Europa registró un importante incremento en 2015 con una subida media del 5,2%, mientras que solo en la Unión Europea (UE) presentó un aumento medio del 5,6% con aeropuertos como Irlanda, Portugal, Grecia, Rumania, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia y Lithuania con crecimientos de doble dígito.
Por contra los aeropuertos no comunitarios tuvieron un incremento más reducido, del 3,9%, sobre todo debido a la bajada de la demanda para vuelos entre Rusia y Ucrania, así como por un crecimiento casi nulo en Noruega.
Grandes aeropuertos
Entre los aeropuertos grandes de más de 25 millones de pasajeros, tras Madrid-Barajas (con un aumento del 12%), se situaron Estambul (9,1%), Amsterdam (6%), Londres Gatwick y Barcelona-El Prat (ambos con un 5,7 %) y Roma (5%).
Los aumentos más importantes entre los aeropuertos medianos, de entre 10 millones y 25 millones de pasajeros, los tuvieron los de Estambul Sabiha (19,7%), Atenas (19,1%), Dublín (15,3%), Londres Standsted (12,8%) y el turco de Esmirna (12,1%).
Otros aeropuertos
En los aeródromos de entre 5 y 10 millones de pasajeros, destacaron los avances del tráfico en Milán (18,6%), Gotemburgo (18,1%), Berlín (16,9%), Oporto (16,7%) y Glasgow (12,9%).
Por último, entre los aeropuertos más pequeños, de menos de 5 millones de pasajeros, los incrementos más fuertes fueron los de Ocrida (53,3%); Ponta Delgada (29,5%); Astracan (26,1%), Santorini (87,6%) y Timisoara (25,8%).
El director general de ACI Europe, Olivier Jankovec, explicó que 2015 fue un año “muy bueno” de tráfico de pasajeros al recibirse a unos 1.950 viajeros, a pesar de huelgas en aeródromos como los alemanes o franceses o los atentados de París.
De cara al futuro considera que la mejora de las condiciones económicas en la eurozona, los bajos precios del petróleo y la política monetaria podría supone un nuevo incremento de tráfico de pasajeros, excepto en los aeropuertos rusos.