Desde el mes de octubre la aerolínea Hawaiian Airlines no deja seleccionar los asientos en su ruta entre la capital de Samoa Americana y Honolulu, sino que se les asigna un asiento según el peso que tenga el pasajero con el objetivo de “equilibrar” el peso de la compañía.
Según The Telegraph, la aerolínea pesará a los pasajeros “obesos” durante un período de seis meses para encontrar la manera de ahorrar combustible tras descubrir que el peso medio de su pasaje es mayor de lo esperado, cuestión que provoca que la compañía gaste más en combustible.
Esta medida solo se llevará a cabo en la ruta entre Honolulu y Samoa Americana, algo que ha levantado una enorme polémica y ha derivado en demandas contra el Departamento de Transportes de Estados Unidos. Según explican, se debe a que Samoa tiene una alta tasa de obesidad, hasta un 74,6% de los adultos son considerados obesos, según el CIA World Factbook.
No obstante, este tipo de políticas no son únicas en el sector aéreo. Hace tres años, Samoa Air se convirtió en la primera aerolínea del mundo en fijar tarifas según el peso del pasajero y del equipaje. Así, introdujo la clase XL para las personas que pesaban más de 130 kilogramos de peso. La compañía modificó una fila de asientos en sus aviones dándole unos 30 centímetros más de espacio.