Durante 2016, el sector turístico registró un superávit de 36.040 millones de euros.
El superávit del sector turístico y de viajes arrancó este año 2017 con una subida del 4,7%, hasta los 2.125 millones de euros, con respecto al mismo mes de 2016, según los datos de la balanza de pagos del Banco de España.
Este resultado es consecuencia de unos ingresos de 3.409 millones de euros en enero de 2017, un 10,5% más, derivados del gasto turístico extranjero que revierte a España, y de unos pagos de los españoles al exterior de 1.284 millones de euros, un 21,7% más.
Durante 2016, el sector turístico registró un superávit de 36.040 millones de euros, lo que supone un aumento del 2,3% en comparación con el año anterior (799 millones de euros más).
Los ingresos alcanzaron los 54.532 millones de euros durante 2016, un 7,1% más, gracias al boom turístico, y los pagos de los turistas españoles en el exterior sumaron 18.492 millones de euros, un 18,1% más.
La fortaleza del turismo explicaría en buena medida el mejor desempeño económico relativo en 2016 de las regiones en las que esta actividad económica tiene un mayor peso, señala el banco emisor en su boletín trimestral. Es el caso de Baleares, Canarias y la Comunidad Valenciana, que de acuerdo con las estimaciones de la AIReF, fueron las regiones que más crecieron en 2016.
En términos de ingresos, el comportamiento favorable viene propiciado por el perfil de los turistas que llegaron a España, que se decantaron en mayor medida por alojamientos más caros. Los hoteles con mayor gasto medio diario ganaron peso y se estabilizó la estancia media rompiendo la tendencia de años anteriores.
Asimismo, cobró mayor peso la modalidad de paquetes turísticos, que lleva asociada normalmente la estancia en hoteles y cuyo precio es mayor en comparación con la vivienda en alquiler, a la que recurren en mayor medida los viajeros independientes, cuya participación total disminuyó.
Eleva su participación en el PIB
Durante 2016, el incremento del sector turístico en España alcanzó casi el 5%, de acuerdo con el indicador elaborado por Exceltur, que combina la demanda turística, tanto nacional (consumo privado y pernoctaciones hoteleras de los residentes) como extranjera (llegadas de visitantes, ingresos por turismo y viajes y PIB de los principales mercados emisores).
De cara al futuro, según el Banco de España, cabe esperar que el conjunto de los factores tradicionales continúe contribuyendo al crecimiento del turismo de forma relativamente similar a los últimos años. Más a largo plazo, subsiste el reto de incrementar el valor añadido de los servicios ofrecidos, lo que ayudará en particular a fidelizar visitantes.
Y es que la actividad turística creció en 2016 así por encima del aumento experimentado por el PIB del conjunto de la economía, como viene ocurriendo desde el año 2010. No obstante, algunos factores transitorios tendieron a perder fuerza como el componente del precio del petróleo.
El dinamismo de las exportaciones turísticas en 2016 elevó su participación en el PIB por encima del 4%, cifra que no se alcanzaba desde el año 2001. Pese a ello, el notable aumento de las importaciones turísticas impidió una mejora del superávit turístico, que se había estabilizado el en 2,7% del PIB.
Destino refugio
En 2016, el turismo no residente en España presentó un notable dinamismo. En concreto, las llegadas de turistas foráneos superaron en un 10,3% el nivel ya de por sí elevado registrado en el ejercicio precedente, alcanzado un récord de 75,6 millones de visitantes.
El aumento de la llegada de turistas a España superó en más de seis puntos porcentuales el ritmo de avance, mucho más moderado, del volumen del turismo mundial. Así, en un clima de inseguridad en algunas regiones competidoras, el atractivo turístico de España como destino refugio fue “determinante”, especialmente en 2016.
El aluvión de visitantes extranjeros hacia España propició en 2016 un aumento significativo del gasto total realizado por los turistas internacionales del 9%, hasta situarse en una cota de 77.600 millones de euros.
Por mercados, destaca la recuperación de los turistas alemanes, con un elevado gasto medio en destino, mientras que se desaceleró ligeramente el mercado francés con menor gasto. El mercado británico se aceleró notablemente (+12,4%) pese a la fuerte depreciación de la libra frente al euro por el triunfo del Brexit.
No obstante, el Banco de España señala que la evolución positiva del turismo de no residentes ha venido acompañada por un nuevo avance de la demanda turística interna, aunque más moderado que el registrado en 2015.
Mejora en competitividad
Más allá de estos factores de naturaleza menos persistente, las mejoras en la competitividad de la economía española acumuladas en los últimos años, a través de la moderación de los costes laborales y financieros, habrían favorecido asimismo el potencial turístico de nuestro país, apunta el Banco de España.
“La evolución de la renta de los países emisores (PIB), la competitividad vía precios y tipo de cambio (PREL) y el precio del petróleo (Pretf) explicarán en torno a dos tercios del crecimiento del turismo en el bienio 2015-2016, de modo que el tercio restante respondería explícitamente a otros factores no incluidos explícitamente en el modelo”, explica en su boletín el banco emisor.
En 2015, la evolución del turismo ya fue favorable, impulsada por la mejora de las economías desarrolladas (representativas de casi el 90% de nuestros mercados), la depreciación notable del euro y el retroceso del precio del petróleo. España lideró ese año por primera vez el índice de competitividad turística, elaborado por el Foro Económico Mundial.
