Goikoetxea insta a “ser realistas” a la hora de planificar nuevas aperturas de espacios de congresos.
El emblemático palacio de congresos y auditorio de San Sebastián, el Kursaal, ha cerrado un año positivo, según adelanta su director-gerente, Iker Goikoetxea, quien advierte en la revista AGENTTRAVEL de que existe en España una sobreoferta de espacios para eventos.
¿Qué balance hace de la temporada 2016-2017?
Hacemos un balance positivo. Vamos a lograr superar los objetivos establecidos de forma holgada, lo que va a significar quedarnos en un nivel de facturación muy similar al que tuvimos en 2016, que ya fue un año extraordinariamente bueno. Por lo tanto la lectura tiene que ser positiva. Volveremos a generar un excedente de tesorería importante que, sin duda, nos ayudará a financiar el ambicioso plan de inversión en el que estamos inmersos.
Yendo más al detalle de la evolución de las ventas, cabe destacar un muy buen comportamiento del segmento cultural que, pese a venir de un año excepcional como fue 2016 –San Sebastián fue Capital Cultural Europea– ha vuelto a crecer respecto al año anterior. Igualmente, hemos tenido un comportamiento muy bueno tanto en jornadas como en eventos corporativos, donde creceremos de forma importante respecto al año anterior. En el resto de segmentos (actividad ferial, congresual, etc.) nos mantendremos en los niveles previstos, que son niveles, en términos históricos, buenos.
¿Cuáles son las previsiones para 2017-2018?
Tenemos unas buenas previsiones, de ligero crecimiento sobre las cifras de un buen año, el que dejamos atrás. Este crecimiento lo sustentamos en la expectativa de conseguir un 2018 extraordinario en el ámbito congresual. Si sumamos a lo anterior un clima económico prudentemente favorable, concluimos en clave optimista de cara al futuro próximo.
¿Considera que hay sobreoferta de instalaciones para acoger eventos?
Entiendo que estamos en un sector de actividad comandado por la oferta, tal y como se ha podido comprobar en los años precedentes en los que la demanda se vio sensiblemente mermada y por lo tanto el exceso de oferta era más evidente si cabe.
Con el incremento moderado de la demanda que estamos viviendo en estos últimos dos o tres años, cabría esperar alcanzar un equilibrio entre oferta y demanda siempre y cuando no se continúe con la apertura de nuevas infraestructuras que puedan acoger reuniones. ¿Hay sobreoferta? Pues yo me atrevo a decir que sí. Desde luego la habido en estos años en que ha habido poca demanda. Y aunque esta demanda se recupere, si seguimos añadiendo más oferta vamos a continuar en desequilibrio.
Por otra parte, todo destino tiene derecho a desarrollar sus infraestructuras como para poder competir en un sector de actividad. El tema es que hay que ser realistas y estudiar cuál es su ubicación, qué potencial tiene y qué camino tiene que recorrer y, quizá en algunos casos, antes de desarrollar y abrir una nueva infraestructura hay que considerar y trabajar una serie de elementos sin los cuales esa apertura está abocada al fracaso y a distorsionar el propio sector de actividad para el resto de los agentes.
