Yucatán, la nueva comedia del director Daniel Monzón llegará a las salas de nuestro país el próximo 31 de agosto después de haberse rodado gran parte de sus escenas a bordo del Sovereign, el barco de Pullmantur Cruceros que durante semanas se ha convertido en un inmenso set de rodaje.
Más de 100 personas del elenco artístico y del equipo técnico de Yucatán zarparon el 10 de abril de 2016 desde Recife (Brasil) para embarcarse –durante 22 días– en el rodaje dirigido por Monzón y protagonizado por Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo y Toni Acosta.
Asimismo, 40 tripulantes tuvieron la oportunidad de convertirse en actores por un día y aparecer en la película, producida por Telecinco Cinema e Ikiru Films, con la participación de Mediaset España y Movistar+ y la distribución de Hispano FoxFilm. A ellos se unieron algunos de los propios pasajeros, que se encontraban a bordo de vacaciones y quienes quisieron también unirse al rodaje como extras.
Un proyecto emocionante
El presidente y CEO de Pullmantur Cruceros, Richard J. Vogel, ha confesado que el rodaje de la película “ha sido un proyecto muy emocionante ya que nos ha permitido acercarnos al apasionante mundo del cine y contribuir así a que miles de personas hagan un paréntesis y desconecten”.
Igualmente, “estamos muy orgullosos de que miembros de nuestra tripulación, nuestro principal valor, tuvieran la oportunidad de involucrarse activamente en el rodaje de este largometraje, metiéndose en el papel de personajes de ficción”.
El casino, el lobby, la cubierta, la zona de la piscina y el jacuzzi, el restaurante o el Atalaya 360 del buque ‘Sovereign’, que opera desde Barcelona, son algunas de las zonas elegidas para situar historia de este largometraje.
La película la protagonizan Lucas (Luis Tosar) y Clayderman (Rodrigo de la Serna), dos estafadores, profesionales del engaño a turistas ingenuos en cruceros de lujo. Hace años trabajaban juntos, pero la rivalidad por Verónica (Stephanie Cayo), la bellísima bailarina del barco, les hizo perder la cabeza y dio al traste con su sociedad.
Ahora trabajan por separado, Lucas en el Mediterráneo y Clayderman en el Atlántico. Ese fue el acuerdo. Pero un inesperado botín impulsa a Lucas a irrumpir en el barco de su exsocio, lo que convierte la exótica travesía de Barcelona a Cancún, pasando por Casablanca, Tenerife, Brasil y la selva de Yucatán, en un encarnizado duelo de tramposos sin ninguna regla, pero muchos golpes bajos.
