Según el Libro Blanco que el gobierno de Theresa May publicó la semana pasada, Reino Unido tiene por objetivo negociar un acuerdo que elimine las posibles fronteras para el transporte por avión y continuar siendo parte de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) tras el Brexit.
Para el gobierno inglés, la principal propuesta relativa a la aviación es mantener libres los cielos entre la isla y el continente. Como baza para llegar al acuerdo, alegan la importancia de su industria en la aviación – la más grande de Europa – y el hecho de que el 80% de todo el tráfico del Atlántico Norte atraviesa su espacio aéreo. Además, aporta como precedente un convenio similar alcanzado por Estados Unidos y Canadá.
En la misma línea, para evitar que los aviones que vuelen entre Reino Unido y el continente europeo tengan que someterse a dos evaluaciones para obtener sus certificados de aeronabegabilidad – una británica y otra europea – el Gobierno de Theresa May propone seguir formando parte de la EASA.
Importancia del turismo inglés
Otra de las propuestas que pretenden llevar a cabo consiste en mantener sus fronteras abiertas para los turistas. En este punto el Libro Blanco, en el que el gobierno de Theresa May recoge sus propuestas de relación con Europa tras la separación, destaca la importancia del turismo inglés respecto a Europa. Alega que en 2017, 50 millones de turistas británicos aportaron 24.000 millones de libras a las arcas europeas (26.854 millones de euros) en materia de turismo.
Además, según los datos del Gobierno británico, 20 millones de europeos visitaron la isla en 2017, y gastaron 7.800 millones de libras (8.728 millones de euros).
Es por esto por lo que el documento recomienda que se exima a los turistas británicos y europeos de la necesidad de visado y propone que los residentes en Reino Unido puedan seguir siendo atendidos en los hospitales del ‘Viejo Continente’ con la Tarjeta Sanitaria Europea.