Aerolíneas

Las aerolíneas, preocupadas por si los planes para un Brexit duro no evitan el caos aéreo

IAG espera cumplir con el requisito de propiedad y control, y seguir operando como hasta ahora tras la desconexión con el Reino Unido

Publicada 11/01/2019

8:51 horas

 - Actualizada 11/01/2019

9:22 horas

Este sector es uno de los más sensibles a la salida del Reino Unido de la UE debido a la inseguridad jurídica.

Este sector es uno de los más sensibles a la salida del Reino Unido de la UE debido a la inseguridad jurídica.

La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, en sus siglas en inglés) muestra su preocupación por si los planes de contingencia presentados por Bruselas en caso de un Brexit sin acuerdo, que incluyen varios sectores entre ellos la aviación, no fueran suficientes para evitar la interrupción de vuelos.

“Estamos un poco preocupados porque se han emitido las primeras directrices y, en mi opinión, representan una restricción para el tráfico”, ha afirmado el director general consejero delegado de IATA, que agrupa al 82% del tráfico aéreo mundial.

Bruselas ha propuesto garantizar durante doce meses la prestación de determinados servicios aéreos entre Reino Unido y la Unión Europea, así como prorrogar nueve meses la validez de algunas licencias en materia de seguridad aérea.

Aunque es poco probable que las medidas para permitir que los vuelos comerciales continúen entre la Unión Europea y Reino Unido en caso de un Brexit duro no sean suficientes, la industria aérea ya ha mostrado su preocupación, dado que según apunta, no se ha tenido en cuenta el aumento de oferta planteado en 2019.

Eso significaría que, en caso de que no haya acuerdo, los vuelos tendrían que comenzar a ajustarse o incluso cancelarse una vez que el tráfico haya alcanzado el techo de 2018 en el que se basaron las medidas.

El tráfico aéreo mundial de pasajeros crecerá un 6% durante 2019, según las previsiones de la patronal aérea, que mantiene sus estimaciones de cara a este año, pese a las dudas que arrojan cuestiones como el Brexit, las tensiones comerciales o los “aranceles protectores” sobre la industria aérea que, apunta además, que ya hay señalas claras del crecimiento se está moderando en línea con la desaceleración económica.

“Espero que podamos convencer a las autoridades británicas y europeas de ser más flexibles”, dijo a los periodistas en Dubái. De Juniac también dijo que no creía que los vuelos se castigarían de inmediato si la UE y Reino Unido no alcanzaban un acuerdo antes del 29 de marzo.

Cuando faltan menos de tres meses para la salida de Reino Unido de la UE, prevista para el 29 de marzo, el Gobierno de Theresa May no ha logrado obtener el apoyo por ahora en su país para un acuerdo de divorcio de la UE con garantías y tiene difícil lograr el respaldo a su acuerdo con Bruselas, lo que aumenta la incertidumbre. La votación del acuerdo del Brexit está prevista para el próximo 15 de enero y May ha accedido a presentar su plan B en el caso de que esta votación fracase.  

El sector de las aerolíneas, uno de los más sensibles

Debido a la inseguridad jurídica, este sector es uno de los más sensibles a la salida del Reino Unido de la UE, que se generaría en el caso de que ambas partes no llegaran a un acuerdo en aviación, al ser considerado como un tercer país. Entre las principales compañías británicas que operan en toda Europa figuran EasyJet, British Airways del grupo IAG del que forma parte Iberia, Flybe, Jet2 y Virgin Atlantic.

Ryanair ya cuenta con un Certificado de Operador Aéreo (COA) británico, expedido por la autoridad de aviación civil británica (CAA) lo que le permitirá operar rutas dentro del Reino Unido y fuera de la Unión Europea tras el Brexit si fuera necesario. De su lado, EasyJet creó una nueva compañía en Austria, EasyJet Europe, para poder obtener un certificado de operador aéreo de cara a proteger su actividad en la UE ante posibles efectos del Brexit. IAG también cuenta con una filial de bajo coste en Austria, que opera bajo la marca Level.

Por su parte, Norwegian considera que está “bien posicionada” ante el Brexit porque está formada por varias filiales, entre ellas, una en el Reino Unido cuya licencia operativa se gestionó antes del Brexit “con el objetivo de acogerse a los acuerdos bilaterales que el país británico tiene con antiguas posesiones como Singapur, la India o Pakistán”.

La Comisión Europea ya advirtió hace un año a las aerolíneas que la consideración de Reino Unido como “tercer país” tras el divorcio, implica que las compañías británicas no disfruten de los derechos de tráfico bajo ninguno de los acuerdos de transporte de los que la UE sea parte y perder, por tanto, los derechos de vuelo bajo acuerdos individuales entre Estados miembros y otros países, siendo excluidas del mercado interior comunitario.

Para mantener la licencia, las compañías deberían demostrar que al menos un 51% de su capital está en manos comunitarias, algo que a día de hoy IAG no cumple. El grupo aéreo confía en cumplir con el requisito de propiedad y control y seguir operando como hasta ahora tras el Brexit. En el caso de Iberia, la sociedad que controla la mayoría de los derechos políticos tras su fusión con British Airways es Garanair, controlada por Viajes El Corte Inglés.

Por su parte, el Ministerio de Fomento ha recordado este jueves que Iberia es “a día de hoy una compañía aérea española”, al tiempo que confía en que la compañía aérea realizará los ajustes necesarios, si es el caso, ante un Brexit sin acuerdo.

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