La UE lanza una consulta pública para digitalizar pasaportes y otros documentos de viaje

Bruselas ha abierto a consulta pública su idea de promover nuevas normas para la digitalización de pasaporte y otros documentos de viaje, pero un porcentaje alto de ciudadanos de la UE no apoya la iniciativa.

Según la Comisión, esta iniciativa pretende establecer una norma uniforme para los documentos de viaje digitales utilizados en el espacio Schengen, de modo que los ciudadanos de la UE puedan viajar con normas facilitadas.

Bruselas prevé presentar una propuesta detallada en el tercer trimestre de este año, tal y como se comprometió el pasado año en el marco de la nueva estrategia para el espacio sin fronteras Schengen, pero antes quiere conocer las expectativas de la sociedad.

“Queremos contribuir a la fluidez de los viajes a través de las fronteras de la UE. Por eso lanzamos una consulta pública sobre la digitalización de los documentos de viaje y la facilitación de los desplazamientos. Las contribuciones ayudarán a establecer una norma uniforme en el espacio Schengen”, escribió la Comisión Europea en su cuenta oficial de Twitter.

La misma subrayó que los documentos de viaje digitales (pasaportes y documentos de identidad digitales) pueden apoyar los viajes internacionales y facilitar los controles fronterizos, además de ser más rápidos de expedir que los de formato físico.

La consulta para recabar opiniones sobre cómo podría contribuir esta iniciativa a la fluidez de los viajes estará abierta hasta el 28 de junio de 2023, y todos los ciudadanos de la UE pueden compartir su opinión en línea.

Rechazo popular

Aunque la UE cree que la digitalización de los documentos de viaje es importante, gran parte de las personas que de los que han querido escribir sobre el tema hasta ahora han dicho que no apoyan la iniciativa, según informan medios europeos.

En el sitio web de la UE ya hay cientos de respuestas, y muchos dicen que no quieren vivir en una “matriz”, subrayando que los documentos actuales les permiten viajar sin inconvenientes.

Todos los ciudadanos de la UE podrán dar su opinión sobre la iniciativa durante otros dos meses y, una vez concluida la consulta, se espera que la Comisión tome una decisión.