El VI Festival Internacional de Calipso Walter Ferguson se celebrará en la localidad costarricense de Cahuita del 9 al 15 de julio.
El VI Festival Internacional de Calipso Walter Ferguson, que lleva el nombre de la leyenda viva de este género musical, se celebrará en la localidad costarricense de Cahuita del 9 al 15 de julio.
El calipso, procedente de la isla de Trinidad y Tobago, es un género musical que fue traído a Costa Rica a finales del siglo XIX por los inmigrantes y se radicó en la costa caribeña de Costa Rica con características propias.
El calipso no es solo una de las manifestaciones de patrimonio cultural inmaterial declaradas formalmente en el país, sino que además es una expresión muy representativa de la diversidad cultural costarricense que define este matiz afrocaribeño y que fue declarado en 2012 como una destacada expresión del patrimonio cultural inmaterial afrodescendiente de Costa Rica.
Durante el festival, se podrá disfrutar de numerosas actuaciones en vivo de artistas y bandas de calipso, así como diferentes actividades relacionadas con este género musical, como ciclos de conferencias y cine foros, talleres musicales y la inauguración de la Casa de la Cultura y del Calipso.
El VI Festival Internacional de Calipso Walter Ferguson está organizado por un comité integrado por la Asociación de Desarrollo Integral, Parque Nacional Cahuita, Instituto Costarricense de Turismo, la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica de Costa Rica, el Comité de la Persona Joven de Talamanca, el Sistema Nacional de Radio y Televisión, (Sinart) la Municipalidad de Talamanca y la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura y Juventud.
Grabaciones en casete
Walter Ferguson de 99 años de edad, nació en Guabito (Panamá) el 7 de mayo de 1919 pero pronto adoptó la nacionalidad costarricense. Toda su niñez la vivió en Cahuita, un pueblo de pescadores de la provincia de Limón de la que es hijo ilustre. Es autor de numerosos calipsos en los que retrata la vida de las aldeas de la vertiente del Caribe costarricense en una acertada combinación de humor y tragedia.
Destaca la particular forma en que Walter Ferguson ha grabado sus composiciones a lo largo de toda su vida, él mismo se grababa en casetes y en condiciones de pobreza, para luego vender las cintas a los turistas nacionales y extranjeros que visitaban Cahuita con la idea de conocer al músico legendario de Limón.
