Juan Carlos González, director general de BCD Travel afirma en la revista AGENTTRAVEL que 2019 “será un buen año” para la compañía y pone de manifiesto que el éxito del Business Travel llegará cuando las agencias corporativas “sigan el camino de la tecnología y la innovación”.
¿Qué balance hace de este año y qué previsiones tiene para el próximo?
Tres grandes factores han influido en el comportamiento del Business Travel en 2019: la ralentización de la economía mundial; la incertidumbre generada por la tensión comercial entre Estados Unidos y China o el Brexit; y la tendencia al alza de los precios. En España, la inestabilidad del gobierno y la crisis de Cataluña no han sumado, pero, aun con estas circunstancias, los viajes de negocio están experimentando un comportamiento positivo. Sin embargo, el sector MICE se ha visto más afectado por esta inestabilidad global y local.
Centrándome en BCD Travel 2019 será un buen año, ya que esperamos cumplir con los objetivos fijados, somos optimistas de cara al 2020 y confiamos en seguir creciendo basándonos en nuestra propuesta de valor.
“El sector del turismo de negocios en España goza de buena salud”
El sector del turismo de negocios en España goza de buena salud: nos hemos especializado y adaptado a las nuevas tendencias y hemos sabido interpretar las demandas del mercado. Hemos avanzado de un perfil de agencia convencional a una TMC que no sólo se encarga de la gestión del viaje en sí, sino que trabaja para realizar una consultoría amplia y transversal. El éxito vendrá cuanto más capaces seamos de defender este papel consultor ante nuestros clientes y sigamos el camino de la tecnología y la innovación en nuestra relación con ellos.
¿Qué cambios ha experimentado el perfil del viajero corporativo en los últimos años?
El viajero de negocios exige a su TMC rapidez, eficiencia, buen precio, seguridad, personalización entre otras cosas, y en BCD travel hemos sido pioneros en atender esta demanda. Pero, además de la inmediatez y la capacidad de acceso sin barreras a todo tipo de información, el viajero quiere una relación humana exclusiva, personalizada, en la que se le hable de tú a tú y se conozcan y atiendan sus preferencias. Es el “nuevo lujo”, en el que la atención personalizada se convierte en una propuesta de valor y en un plus que el viajero corporativo exige para su día a día.