Los viajeros que visiten Venecia no tendrán que pagar entrada hasta julio de 2021, después de que el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, haya decidido posponer un año la medida, con el objetivo de hacer frente a los efectos del coronavirus en el país transalpino, según recoge el portal italiano Travelnonstop.
Antes de esta prórroga, estaba previsto que todos los visitantes de Venecia que no pernoctasen en el área municipal pagasen un ticket de entrada, cuyo importe oscilaría entre los tres y los ocho euros, desde el 1 de julio de este año.
El Ayuntamiento contemplaba una tarifa ordinaria de tres euros, desde el 1 de julio al 31 de diciembre, que iría incrementándose según la afluencia de turistas. De esta forma los días con sello rojo el ticket costaría seis euros y ocho euros en los días con sello negro. Los cruceristas tendrían una tarifa única de cinco euros.
Según estaba estipulado, los precios cambiarían a partir del 1 de enero de 2021: seis euros para la tarifa ordinaria, ocho para el sello rojo, diez para el negro y siete euros para los cruceros. También se introduciría el sello verde para los días menos concurridos que tendrá un coste de tres euros.
El cobro sería “anacrónico” en este momento
Para Brugnaro, el cobro de entrada sería “anacrónico” en un momento de emergencia sanitaria como el que vivimos actualmente, pero sigue considerando que se trata de una herramienta adecuada para elevar el nivel del turismo, más aún, “después de haber visto cómo se ha vuelto a aclarar el agua de los canales estos días”.
El alcalde se refiere a la drástica reducción de la contaminación que ha experimentado en Venecia desde que comenzaron a ejecutarse las medidas restrictivas ocasionadas por el coronavirus. El flujo de turistas se ha reducido drásticamente y las aguas se han vuelto tan cristalinas que, incluso, pueden verse los peces.
De esta forma, a pesar del efecto devastador que está teniendo la crisis sanitaria sobre la ciudad veneciana, unas pocas semanas de contención han sido suficientes para descubrir cómo sería sin el tráfico, los vaporettos y los grandes barcos en el Gran Canal. Una visión que parece haber motivado a Brugnaro a mantener ciertas restricciones tras el confinamiento.
La ciudad de los canales recibe cada año 25 millones de turistas, de los cuales cerca de 14 millones van a pasar el día, pero no pernoctan.