Destinos

La enogastronomía, un factor a tener en cuenta en la elección del destino

Las distintas regiones de España destacan los productos de su tierra como un valor añadido para el visitante

30/09/2021

8:50 horas

Miguel Roa

La cocina característica de las distintas regiones de España es un motivo cada vez de más peso para atraer a turistas tanto nacionales como internacionales.

La cocina característica de las distintas regiones de España es un motivo cada vez de más peso para atraer a turistas tanto nacionales como internacionales.

Un cocido madrileño, una paella valenciana, un pulpo a feira, un gazpacho andaluz, un cochinillo en Segovia…, no es solo comida, es una seña de identidad que los destinos tienen y que supone un atractivo turístico. Tanto es así, que el simple hecho de probar estos platos es la razón de muchas “escapadas” al año en nuestro país.

Según el ‘III Estudio de la Demanda de Turismo Gastronómico en España’ –2019–, el 76,2% de los españoles ha realizado un viaje con la intención de conocer los productos autóctonos y degustar los platos típicos del lugar de destino. No sería de extrañar que, tras una pandemia que ha cambiado las preferencias de la gente a la hora de viajar, estos datos continúen creciendo, pues el turismo gastronómico supone una vía de escape que permite evitar las zonas masificadas y que se puede realizar en cualquier momento del año gracias a su carácter tan poco estacional.

Los destinos y el sector turístico son conocedores de las fortalezas del turismo gastronómico y de que su público va en aumento. Por ello, desde el año 2018 se celebra en Pamplona el Congreso Internacional de Turismo Gastronómico, FoodTreX Spain. Este evento reúne a numerosos profesionales de todo el mundo, agencias especializadas, destinos, instituciones, etc., para analizar las necesidades del sector y poner en común ideas y herramientas para avanzar.

La gastronomía se ha convertido en uno de los productos de dinamización y potenciación del desarrollo turístico, siendo un factor bastante influyente para el 62,4% de los viajeros y llegando a condicionar el destino para el 28,7%. Y es que, los turistas españoles se muestran muy críticos con sus experiencias en las diferentes actividades gastronómicas. Las más habituales son comer en restaurantes (82,8%), ir de tapas (69,3%), comprar productos locales (62,9%), recorrer mercados (59%), visitar bodegas (49,1%) y comprar vinos (41,5%), según el ‘III Estudio de la Demanda de Turismo Gastronómico en España’.

Identidad propia

“La gastronomía debe concebirse no solo como una mera modalidad turística sino como un concepto integrador que se apoya y sirve al mismo tiempo al conjunto de la oferta de servicios turísticos y al resto de los denominados turismos de base cultural”, explica a AGENTTRAVEL el consejero de Cultura y Turismo de Castilla y León, Javier Ortega, que asegura que la oferta gastronómica está implicada con el turismo rural y cultural, con las actividades vitivinícolas, con la oferta de alojamientos y servicios y con las actividades de turismo activo.

Comparte esta opinión el director gerente de Turismo Andaluz, Alberto Ortiz de Saracho, quien afirma que a través del turismo enogastronómico “se da a conocer la autenticidad del destino”, y en este contexto, “la experiencia vivencial aparece como el principal eje sobre el que desarrollar la actividad turística”.

La gastronomía y el vino, con una cuota del 21% del total de turistas, es una de las tres motivaciones principales para visitar País Vasco, junto con el turismo de ciudad y el costero, según el estudio ‘Ibiltur OCIO 2019’. El director de Basquetour, Daniel Solana, comenta que la cocina vasca “es de autores más que de autor, por lo que supone de cultura gastronómica y de involucración de toda la cadena alimentaria y de la propia sociedad”.

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La gastronomía es un factor que condiciona la elección del destino para el 28,7% de los viajeros.

En Extremadura, el turismo gastronómico representa uno de los segmentos estratégicos de la oferta turística ya que la gastronomía incluye toda una cadena de valor desde la producción del producto, su transformación, el suministro a los establecimientos, la restauración, el sector turístico y comercial… “La gastronomía es en sí misma un potente eje transformador y vertebrador del territorio”, señalan desde la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura.

Y es que el turismo gastronómico se integra con la vida local y se forja por la calidad de los productos, la historia, la cultura, la economía y la sociedad de un territorio. Esto supone un potencial con identidad propia que enriquece la experiencia del visitante, estableciendo una conexión directa con la región, su gente, su cultura y su patrimonio.

Gasto de buen gusto

El turista gastronómico es cada vez más exigente y, de forma paralela, está dispuesto a gastar más dinero. Así, en País Vasco, según Solana, este turista es el que mayor gasto medio realiza. En concreto, un gasto por persona y día de 130 euros.

Parecido es el caso de Valencia, explica el Brand & Markets Director de Visit Valencia, Miguel Ángel Pérez, ya que el viajero suele tener un gasto diario de unos 132 euros y, de todas las actividades que los turistas realizan en la ciudad, el 86% es disfrutar de los restaurantes, terrazas y bares. Algo más elevado es el gasto que realizan en Gran Canaria, donde los turistas gastan al día una media de 150 euros.

Si atendemos exclusivamente al gasto de un turista en comidas en las grandes ciudades, la concejala delegada de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, Almudena Maíllo, sostiene que, según el estudio sociológico ‘Madrid Destino Gastronómico 2019’, el visitante gasta de 23 euros (en caso de ser menú) a 40 euros (si es carta) por comida. Mientras que la directora general de Turisme de Barcelona, Marian Muro, afirma que en la Ciudad Condal la partida de comida y bebida representa casi el 50% del gasto total durante la estancia del visitante, dejándose cerca de 30 euros por persona.

Más concreto es el caso del enoturista cuyo gasto medio diario en los destinos que componen las Rutas del Vino de España se sitúa en torno a 160 euros por día y persona, según el último informe de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) sobre Análisis Demanda Turística de España 2019-2020.

En términos generales, según el ‘III Estudio de la Demanda de Turismo Gastronómico en España’, los españoles están dispuesto a gastar una media de 10,69 euros en desayunos y productos locales, 18,98 euros en el menú del día, 40,79 euros en comida a la carta y hasta 51,85 euros en un menú degustación.

Curiosidad y apetito

No existe un perfil del turista gastronómico, ya que este turismo es complementario y el visitante no dista del turista que descubre un destino motivado por cualquier otro impulso como la cultura, la naturaleza o el sol y la playa. Sin embargo, los enoturistas sí que presentan un perfil más nítido que puede variar según la comunidad autónoma.

El boceto más general a nivel nacional lo presenta Acevin en su informe para conocer el perfil del enoturista de las Rutas del Vino de España, que se remonta a 2019 debido a la COVID-19.

En rasgos generales, la cantidad de mujeres que visitan las Rutas del Vino es ligeramente superior a la de hombres (52,3% frente a 47,7%) y el mayor porcentaje se encuentra en un rango de edad entre los 36 y los 65 años. Además, el 44% vive esta experiencia en pareja, mientras que el 29% lo hace en grupo.

Del total de visitantes, el 39,3% se considera aficionado, el 23,4% es principiante y el 21,5% apasionado.

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Los españoles están dispuesto a gastar una media de 10,69 euros en desayunos y productos locales.

De la tierra al plato

No existen dos copos de nieve iguales. Del mismo modo, no toda la comida es igual, los ingredientes tienen un papel muy importante en la elaboración de los platos. En este sentido, ha cobrado protagonismo el sector primario en diferentes zonas, como en Ibiza, donde “se ha visto incrementado el consumo de productos ‘premium’ de nuestra tierra y nuestros mares, como la langosta”, apunta el director insular de Promoción Turística de Ibiza, Juan Miguel Costa.

Lo mismo ocurre en otras muchas partes de nuestro país, como en Castellón, donde han decidido identificar estos productos de proximidad con una marca de calidad: ‘Castelló Ruta de Sabor’. Son más de 130 productores asociados los que trabajan para llevar al mercado “los mejores aceites de oliva, las hortalizas y frutos secos, como alcachofas o avellanas, y frutas como las naranjas que identifican y marcan el paisaje de la zona costera de la provincia”, explican desde el Patronato Provincial de Turismo de Castellón.

Tampoco se olvidan de las cofradías de pescadores, que “traen del mar mariscos y pescados de nuestro Mediterráneo”, ni de los “quesos premiados mundialmente, carnes y embutidos tradicionales que llenan las mejores mesas”. Pero si algo destaca, subrayan desde el Patronato, es la trufa negra “tan exclusiva y tan característica de nuestras comarcas de interior”.

Los mercados ponen a la mano del consumidor final estos ingredientes, del mismo modo que abastecen a los restaurantes, que ofrecen al cliente una amplia variedad para adaptarse a todos los gustos y a todos los bolsillos.

En el caso de Ibiza, a la llegada de algunos de los mejores chefs del mundo que en los últimos diez años han abierto su proyecto gastronómico en la isla, se suma el inicio en los fogones de una generación de chefs locales que ha dado un impulso a las recetas tradicionales de la cocina ibicenca. Esta potenciación de la oferta gastronómica permite, según Juan Miguel Costa, que “se puedan degustar platos típicos en algunos establecimientos familiares en cualquier pueblo de Ibiza por muy poco dinero, y que a pocos kilómetros se encuentre el restaurante con el precio del cubierto más caro del mundo”.

Sabor y confianza: D.O.

Hay ingredientes locales con mucha fama y el vino es uno de ellos, pero también hay gente aprovechada que dice estar vendiendo al cliente un producto cuando realmente es una imitación. Para evitar este tipo de engaños se creó en el siglo XX un sello de calidad bajo el nombre de Denominación de Origen (D.O.). En España contamos con muchos productos repartidos por todo el territorio que pueden presumir de tener este sello que supone un incentivo para que el turista visite el destino.

Con el vino puesto en primer plano, los representantes de las regiones han detallado el número de D.O. con los que cuentan. Tras Castilla-La Mancha, que es la comunidad con más vinos de D.O., con 20, se encuentra Castilla y León con 13. El consejero de Cultura y Turismo afirma que “esta profusión vitivinícola convierte a Castilla y León en todo un icono por la calidad y singularidad de sus vinos situándola entre las mejores de España y del mundo”.

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El enoturista se encuentra en un rango de edad entre los 36 y los 65 años.

Cataluña, por su parte, tiene 12 denominaciones de origen de vinos, lo que conlleva que el territorio “sea un destino muy potente en cuanto a la oferta del enoturismo gracias a la diversidad de paisaje y de oferta de las denominaciones”, indican desde la Agencia Catalana de Turismo (ACT).

El archipiélago canario cuenta con 11 denominaciones en cuestión de vinos, de las cuales tanto la isla de La Palma como Gran Canaria poseen una. Para el consejero de Turismo del Cabildo de La Palma, Francisco Raúl Camacho, las denominaciones de origen “suponen uno de los recursos turísticos fundamentales de la isla” que, además, “se puede emparejar y combinar con otros: hay empresas que organizan observaciones astronómicas con catas de vino”.

Los vinos con D.O. en Andalucía ascienden a ocho, que se complementan con otros productos calificados con dicho sello, como el jamón o el aceite. Gracias a esta combinación se puede ofrecer al turista, en palabras de Alberto Ortiz de Saracho, “visitas guiadas participativas, que poseen un carácter dinámico en el que el visitante no solo puede resolver sus curiosidades, sino que puede interactuar; la participación del turista en el proceso productivo y, por último, aporta contacto con lo auténtico, atendiendo a la creciente demanda que se caracteriza por el deseo de conocer la autenticidad del destino visitado”.

Más al norte, haciendo frontera con el Mar Cantábrico, País Vasco cuenta con cuatro denominaciones de origen en cuanto a vino se refiere.

Puedes leer el reportaje completo en nuestra revista de septiembre-octubre.

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