El futuro ya está aquí: retos ineludibles para la plena reactivación

Desde la óptica del Observatorio Nacional del Turismo Emisor, ObservaTUR, instrumento promovido por Amadeus, AON, Beroni, Carrefour Viajes, IAG7/Airmet, Iberia, ILUNION Hotels, MundiPlan, ReiniziaT, Renfe-SNCF en Cooperación y la Asociación Nacional de Agencias de Viaje (UNAV), habría que alcanzar varios retos de futuro en el ámbito del turismo y viajes para los tiempos venideros.

El primero, y más perentorio, sería conseguir que, una vez más, la industria turística continúe siendo el motor de la economía nacional, tal y como lo ha sido en anteriores crisis, en donde ha resultado ser el catalizador y dinamizador de la reactivación. Este verano se ha demostrado su fortaleza, pero el sector no puede estar sujeto a continuos vaivenes. Necesita estabilidad para confiar en el futuro. Es necesario consolidar la recuperación.

 En segundo lugar, la crisis sanitaria en el pasado y ahora el contexto económico y la guerra han dejado –o están dejando– muy ‘tocados’ a diversos segmentos de la economía del turismo. Para no perder ese tejido empresarial, mayoritariamente pymes que tanto han contribuido a la economía en otros tiempos, es igualmente necesario apoyarles y, por ejemplo, redistribuir los fondos europeos con criterio, acierto y flexibilidad. Y ese es otro reto insoslayable.

En este sentido, hay que recordar, por ejemplo, que todavía hay mercados internacionales en los que no se ha producido su total recuperación, como el asiático, y también algunos segmentos como el MICE.

En tercer lugar, hay que aprovechar las actuales circunstancias para establecer las bases del modelo turístico que se desea para nuestro país. Para ello, todos los actores deben participar en la definición estratégica y han de aportar su punto de vista para evitar las visiones unifocales.

 Al hilo de este debate surgen otros dos asuntos de relevancia para el futuro del ecosistema, como la sostenibilidad y la digitalización. En lo que concierne a sostenibilidad, el objetivo debería ser no reducir el número de turistas, sino la diversificación de los destinos y de temporadas. Los nuevos tiempos del turismo –lo hemos visto ya– urgen a la plena digitalización. Ya no caben ‘medias tintas’ en un mundo que se precipita a los datos, algoritmos y metaverso. La nueva realidad exige a las empresas alinearse definitivamente con la innovación y las nuevas tendencias. La digitalización jugaría un papel importantísimo facilitando la creación de nuevas experiencias y acercando de forma más eficiente los destinos y las empresas a los turistas.

Por último, todo esto no será posible sin un adecuado y profundo conocimiento del cliente, necesidades y hábitos. Conocer las tendencias y los cambios que transforman nuestro ecosistema debería ser una prioridad para cualquier actor involucrado en la industria turística.

Cualquier toma de decisión y definición de estrategias deberían estar sustentadas en datos reales y en una adecuada interpretación de los mismos, creando una inteligencia de negocio que permita, de nuevo, ser el país más competitivo del mundo en materia turística. Es decir, volver a ser como lo éramos antes de la pandemia, según el World Economic Forum. Y, para ello, instrumentos como ObservaTUR son esenciales como herramientas de futuro.