La compañía de cruceros de exploración Hurtigruten ha presentado su programación para descubrir la Antártida a bordo de los barcos más ecológicos de su flota, el MS Roald Amundsen y el MS Fridtjof Nansen.

Glaciares, montañas inaccesibles y la fauna salvaje no será lo único que ofrece la compañía en sus recorridos por el séptimo continente, ya que el huésped también tendrá la oportunidad de complementar su viaje con conferencias a bordo, además de kayak o avistamiento de aves, entre otras actividades.

El punto de partida será Buenos Aires, de la que se volará hasta Ushuaia para embarcar. La que se conoce como “la ciudad más austral del mundo” dará la bienvenida al pasajero con el glaciar Martial situado al norte de la ciudad como impresionante telón de fondo. Una vez a bordo, se celebrará una reunión obligatoria sobre salud y seguridad y de una cena de bienvenida ofrecida por el capitán.

Rumbo a la Antártida, se cruzará el Paso de Drake, que debe su nombre al corsario inglés Sir Francis Drake, que lo descubrió por casualidad en 1578 cuando fuertes vientos arrastraron su barco hacia el sur. Se necesitan dos días para cruzar los aproximadamente 1.000 km del Paso de Drake.

El Equipo de Expedición iniciará su programa de conferencias en el Centro de Ciencias y mostrará cómo debe comportarse el viajero para que la exploración en la Antártida sea lo más segura y sostenible posible. Además, el pasajero tendrá la oportunidad de conocer y participar en proyectos de Ciencia Ciudadana, que colaboran en la recopilación de datos para la investigación científica.

Una vez en la Antártida, se entra en un mundo totalmente diferente de aguas heladas, glaciares e icebergs con fauna salvaje como focas, pingüinos, ballenas como únicos compañeros de viaje. Los paisajes helados y el comportamiento de la vida salvaje cambian con el paso de las estaciones.

A finales de primavera, en octubre y noviembre, hay mucha más nieve y esto hace que los paisajes parezcan aún más prístinos. Es la época de apareamiento de los pingüinos y el momento ideal para construir sus nidos. Las ballenas empezarán a llegar en diciembre y enero, marcando el apogeo del verano, justo cuando los primeros polluelos de pingüino asomen sus cabezas en el nido. Febrero y marzo son los meses ideales para la observación de ballenas, que llegan atraídas por grandes cantidades de krill del Océano Austral.

El Equipo de Expedición aprovechará todas las oportunidades para acercar al pasajero la impresionante vida salvaje vida del Séptimo Continente bien mediante conferencias a bordo sobre la historia del continente helado, la biología de la fauna local y la glaciología o bien mediante excursiones opcionales en tierra por las que se podrá observar pingüinos o mientras se navega por las aguas heladas en lanchas neumáticas o kayaks, al lado de las cuales podrá aparecer focas o ballenas. La cámara de fotos tiene que estar siempre preparada para captar estos irrepetibles momentos que pueden ser revividos de vuelta en el recorrido con la ayuda del Equipo del Expedición.