Arranco estas líneas echando la vista atrás y retrocediendo en el tiempo hasta llegar a 1848. El 28 de octubre de ese mismo año, la movilidad ferroviaria de nuestro país cambió para siempre. Ese día se inauguró la primera línea de ferrocarril en la Península Ibérica, que conectó Barcelona y Mataró en poco más de media hora. Esa locomotora de vapor saturado se convirtió en santo y seña de la transformación en España.

Hoy, casi 176 años después, podemos decir que muchas cosas han cambiado desde aquel entonces en cuanto a lo que el transporte por ferrocarril se refiere. Una gran cantidad de evoluciones que han motivado que lo que hoy conocemos poco o nada se parezca a lo que en un principio fue. Sin embargo, quiero poner el foco en un aspecto tan importante para la sociedad como para nuestra compañía: la sostenibilidad.

En Ouigo apostamos por el concepto de sostenibilidad abierta, que va más allá del medioambiente y que requiere de una implicación social: creemos que los servicios y bienes medioambientalmente sostenibles deben ser económicamente accesibles para todos los ciudadanos.

El tren ya es un medio de transporte respetuoso con el medioambiente. En concreto, produce una huella de carbono 80 veces menor que la de un avión y 50 veces que la de un coche, pero somos conscientes de que, si un servicio no llega a todo el mundo, jamás lo será verdaderamente. Estamos firmemente convencidos de que la sostenibilidad tiene que llegar a todas las personas para que realmente tenga un impacto.

Esta es nuestra filosofía y, por eso, nos esforzamos por mantener nuestras tarifas económicas, que van desde los nueve euros para adultos a partir de los 14 años, con una tarifa fija de siete euros para niños de entre cuatro y 13 años, y sin coste para niños menores de tres años en brazos de un adulto. A ello recientemente se suma nuestra oferta para grupos.

En Ouigo apostamos por mantener estos precios, a pesar de las dificultades por los elevados costes de la energía de los dos últimos años, y por seguir sumando cada vez más viajeros a nuestros trenes, para que todos podamos aportar nuestro granito de arena en la reducción de emisiones.

Estamos convencidos del potencial que el sector ferroviario tiene a la hora de ayudar al país a avanzar en su proceso de descarbonización. Para ello, es necesario que entre todos garanticemos la accesibilidad al medio de transporte más sostenible que existe: el tren.

Debemos trabajar conjuntamente por incrementar los viajeros que eligen la Alta Velocidad frente a otros medios de transporte más contaminantes.

Todos, operadores, gestor de la infraestructura e instituciones, debemos colaborar para hacer que el tren se convierta en el medio de transporte más atractivo. Solo así podremos conseguir los objetivos medioambientales que Europa y España se están marcando para los próximos años.