Ministerio de Transportes de Indonesia confirmó en el día de ayer el hallazgo de los restos del avión indonesio TGN267 de la aerolínea Trigana Air , siniestrado en Papúa con 54 personas a bordo.
Previamente, el Ministerio recibió informaciones referentes a un supuesto impacto en el distrito de Oksibil, un área boscosa y de montaña. Los equipos de búsqueda se desplazarán al lugar cuando amanezca, según informaron los portales locales ‘Kompas’ y ‘Detik’.
El jefe de la agencia nacional de rescate (BASARNAS), Bambang Soelystyo, confirmó a la agencia Reuters que se había “perdido contacto con el avión”, propiedad de Trigana Air Service.
A bordo viajaban 44 pasajeros adultos, cinco niños y cinco tripulantes de los que de momento no se sabe su destino aunque las primeras informaciones no son optimistas con encontrar supervivientes del siniestro. Además el difícil acceso de los equipos de salvamento no podrán reconocer el terreno hasta horas después de la localización del accidente, y es que la zona montañosa en la que se produjo el siniestro complica aún más las condiciones para esclarecer el suceso.
La aeronave despegó del Aeropuerto Sentani de Jayapura, capital de Papúa, y se dirigía hacia Oksibil, situada al sur en esa misma región del país. Según la base de datos de la Aviation Safety Network, se trata de un ATR 42-300, un modelo de doble hélice con 27 años de antigüedad.
En diciembre de 2014, otras 162 murieron por el accidente de un avión de pasajeros de Air Asia que cubría la ruta entre Surabaya y Singapur. El siniestro llevó al Gobierno indonesio a aprobar nuevas medidas en materia de seguridad aérea.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, también prometió en julio una revisión de la flota oficial después de que un avión militar de transporte se estrellase en el norte del país y matase a más de cien personas en una cadena de accidentes en el pacífico.
Trigana sufrió 14 incidentes graves desde que comenzó a operar en 1991, según Aviation Safety Network. La Unión Europea mantiene a esta aerolínea en su ‘lista negra’ desde el año 2007, por lo que tiene prohibido utilizar el espacio aéreo europeo, bien sea por motivos de seguridad o por cuestiones medioambientales durante su vuelo.