El frailecillo es una de las aves más especiales que se pueden contemplar a bordo de Hurtigruten, ya que anidan en Noruega, Groenlandia e Islandia. Este momento tan esperado llega con el despertar ártico, cuando el sol recibe al huésped con una cálida bienvenida, ofreciéndole días más largos y teniendo la oportunidad de viajar a través de hasta tres estaciones, siendo primavera, verano e invierno.
Esta especie es muy fácil de identificar, ya que entre sus características físicas destacan sus colores negros, grises, blancos y anaranjados. Además, ocupa un lugar muy especial en la etimología noruega, tanto es así que cuenta con un propio festival que se celebra en junio, en torno al solsticio de verano: Lundefestivalen. Este acontecimiento tiene lugar en Røst, una pequeña isla en la punta del archipiélago Lofoten que se encuentra cerca de la colonia con más frailecillos atlánticos de Noruega.
Durante el otoño y el invierno, el frailecillo atlántico vuela el mar abierto, mientras que en primavera miles de ellos regresan a los acantilados de la costa para reproducirse en grandes colonias. Cada pareja solo pone un huevo, y al nacer la cría, después de un corto periodo de tiempo, está listo para iniciar su vuelo. Se alimenta de peces y no tiene depredadores terrestres en las colonias de cría en los acantilados.
Durante el despertar ártico, en Noruega, el viajero empezará el viaje a bordo de Hurtigruten con un clima suave desde Bergen, sintiendo cómo la temperatura va bajando mientras se navega a lo largo de la costa hasta llegar por encima del Círculo Polar Ártico, donde aún es invierno. Allí, Hurtigruten pone a disposición del huésped actividades como paseos en moto de nieve, trineos tirados por perros y excursiones con raquetas de nieve, entre otras.
Además, en abril algunos de los protagonistas indiscutibles son el Lyngenfjord, con su majestuoso paisaje montañoso y naturaleza, y si las condiciones climatológicas lo permiten, la Aurora Boreal.
En cuanto a la deliciosa gastronomía que degustar a bordo, la compañía naviera noruega atraca en un total de 34 puertos donde se obtienen alimentos frescos de los proveedores locales todos los días. No solo es un placer para el paladar, sino que también mejora la experiencia a bordo en el país. En esto es en lo que Hurtigruten basa su concepto Norway’s Coastal Kitchen.